Tod@s hemos llegado a casa crispad@s por algo,o que hayamos tenido, como se suele decir, un mal día, y eso hace que a la que oigamos revolotear una mosca.... y nos pongamos a gritar como poses@s al primer@ que se nos cruza en casa.
Obvio, que sea quien sea el receptor de ese mensaje narrado con unos decibelios desorbitados, será el que "pague" las consecuencias de nuestro mal estar, nervios...
Y hoy Mel nos habla de eso, de la educación en casa "pasada de decibelios" y las consecuencias que puede conllevar para l@s peques de casa.
Pero como, y lo digo muy sinceramente, lo ha bordado, y no es que no quiera escribiros más, que ya sabéis que me encanta enrollarme....
Os dejo ya con ella y su post Por una educación en casa sin gritos.
"¡Hola, hola! Como
siempre, si me estáis leyendo es que… ¡ya casi es fin de semana! Y este es algo
más especial que los otros ya que… ¡esto es Halloween! ¿Os pensáis disfrazar
durante estos días de miedo? Carol, lo tiene muy fácil, como ya es una bruja piruja
no tiene que pensar en el traje… Debe estar muy chulo eso de volar en una
escoba todos los días… Ejem, ejem…
Bueno, ahora en serio (que no quiere decir
que no dijera que Carol es una bruja, así que mucho cuidadito con ella…), hoy
os vengo a hablar de algo importante para la educación de los más pequeños de
la casa: la importancia de no gritarles a los niños.
¡Así que vamos a empezar
con ello!
Por una educación en casa sin gritos.
Todos somos humanos,
lo sé. Y en muchas ocasiones nos hemos sentido desbordados por cuestiones
laborales, personales o emocionales. Y eso, algunas veces ha hecho que padres y
padres hayan gritado y hablado de mala manera a los más pequeños de la casa.
La
clave de una buena educación entre adultos y niños es hablar con respeto y no
alzar la voz en ningún momento de la conversación.
Es de sobra conocido que los
niños, aprenden de las personas que tienen más cerca: sus padres, sus abuelos,
sus tíos, sus tutores… y puede que un futuro, ellos utilicen el mismo tono al
hablar que su familia. Además, yo siempre he dicho que lo que se dice gritando
y de malas formas, se puede decir también sin mostrarse cabreado ni altivo.
Veamos algunas cosas que podrían pasar si los padres, gritan a sus hijos en
casa.
Podría
crearse un abismo entre padres e hijos: esa es la verdad. Cuando un niño,
siente que sus padres le gritan, se aleja más de ellos y podría costarle mucho
contarles las cosas que le pasan.
Aunque
se le hable más fuerte, no lo va a entender: si el niño ha actuado mal o ha
tenido un mal comportamiento, es normal que los padres quieran hablar con él.
Pero no porque más griten, su hijo les va a comprender y va a cambiar la
conducta. Es aconsejable, utilizar un tono de voz suave y tranquilo. Explicando
qué ha hecho mal. Además, hablando de esa manera, se crea un clima de seguridad
en el hogar y no da pie a posibles enemistades y rabietas.
Los
gritos causan obediencia por miedo: si los padres, gritan a su hijo,
éste puede que obedezca, sí, pero no porque haya entendido lo que ha pasado y
el motivo de que sus padres estén decepcionados, sino, únicamente por puro
miedo a que le vuelvan a hablar de esa manera.

Dañan
la autoestima y crean culpabilidad: está claro que ningún padre
quiere gritar a sus hijos, y que cuando lo hacen es porque ya se ven muy
sobrepasados y desbordados. Pero la verdad es que esos gritos provocan que la
autoestima de los más pequeños baje increíblemente. Además de eso, los padres,
después de haber hablado así a los niños se sienten culpables y se crea un
malestar totalmente innecesario si se hubieran hecho las cosas de otro modo
distinto.
Fomentan
la agresividad: los
padres que gritan a los niños están provocando en ellos cierta agresividad que
puede que utilicen en el colegio, en el parque o con otras personas. Como hemos
dicho antes, los niños aprenden de los adultos que tienen al lado. Y puede
llevar esa mala actitud al centro educativo y aplicarla con sus compañeros o
profesores. Es preciso destacar que nunca hay que llegar a ese límite.
Pérdida
de autocontrol: los
niños son muy sensibles a los cambios. Y si han tenido una mala actitud y ve
que sus padres gritan y se enfadan, sabrá que han perdido el control sobre la
situación. Y eso es justo lo que no hay que hacer. Cabe destacar que los padres
tienen que tener el control del mal comportamiento. Si al niño se le habla en
condiciones y se le da motivos de por qué ha actuado mal y se utiliza un tono
suave, se dará cuenta que sus padres no han perdido los estribos y no hay
ninguna discusión posible.
Crean
ansiedad y posibles enfermedades: hay niños que sentir los gritos
de sus padres le provocan cierto grado de estrés, ansiedad y nerviosismo.
Además de que cabe la posibilidad de que no descansen bien por las noches, que
no se encuentren bien emocionalmente y que por supuesto, esa ansiedad y estrés
causen algún tipo de enfermedad que se podría haber evitado.
Como habéis leído,
los gritos no llegan a ninguna parte. Es más, pueden llevar consigo multitud de
cosas negativas tanto para los niños como para sus padres.
Una de las claves de
las familias es fomentar el respeto y la tolerancia. En una situación de estrés
con los hijos es mejor respirar un par de veces y encontrar el tono adecuado
con el comunicarse con ellos. Y es recomendable, sobre todo en las malas conductas
que ellos puedan tener, decirles en todo momento, los
motivos y explicarles con razones las cosas que quieren que cambien de su
comportamiento.
Publicado por Mel, redactora de www.nuncajamasyyo.com"
Antes de seguir debo puntualizar un par de cositas: Sí, soy una brujilla y no me gusta Halloween. Jajajaja Bueno a ver la fiesta en sí está chula, pero soy de las que defiendes las tradiciones y las fiestas propias... Así que dejo el Halloween para los yankees.
Dicho esto, me es imposible añadir más de lo que nos ha contado hoy Mel en su post. sólo añadiré esta frase que leí hace tiempo en un artículo similar al que nos presenta Mel;
"Por más razón que tengas, si tu tono no es respetuoso...
¡No tienes razón!"
ACTUALIZACIÓN: El Mundo de Mel ya no se encuentra en el blog, ya
que en la actualidad la autora ya no colabora en Mi meta, tu salud.
Qué interesante post !!!... la verdad me cae a pelo, yo tengo un nene y aveces pierdo fácil la paciencia, y es que en teoría uno sabe muy bien lo perjudicial que son los gritos más en los chicos, pero en el momento de la cólera se nos olvida todo...es por ello que la auto-reflexión y este tipo de consejos me viene muy bien.
ResponderEliminarLindo e interesante blog, me quedo por aquí a seguirte.
Besos guapa y buen fin de semana!!!
¡Hola guapa!
EliminarSí, la verdad es que hoy Mel ha hecho un post 10 (no es que los otros que ha hecho no lo sean eh..)
Celebro que el post te haya gustado y sobretodo que te sea de utilidad.
Besos guapa y bienvenida
muy bueno el post!! pero también lo ampliaría a la escuela, que hay maestras que jolines, los van a dejar sordos.
ResponderEliminarLuego viene lo que dice Mel de obedecer por miedo, y que los niños se rebelen con más voces!
un beso enorme para las dos y que disfrutéis a tope del fin de semana!!!
¡Hola ricura!
EliminarExacto, creo que los consejos de Mel deberían aplicarse también en la escuela.
Feliz fin de semana para ti también tesoro.
Mil besos
¡Hola, preciosa de mis amores! No puedo estar más de acuerdo contigo en cuanto a lo de las maestras. Doy fe (por experiencia propia) de algunas se pasan tres pueblos y más. Parece que la única manera en la que saben comunicarse es gritando. ¡Un beso, mi niña! :)
Eliminar¡Hola buenos días chicas!
ResponderEliminarNo puedo estar más de acuerdo con las palabras de Mel, y además pienso que no solo ocurre con los niños, sino a nosotros los mayores cuando nos gritan (en cualquier entorno) también nos daña nuestra autoestima, nos crea ansiedad y demás.... si a nosotros nos afecta, a los niños más aun y los marca de por vida. Ojalá muchos padres controlaron mejor sus nervios y no descargaran con sus hijos.
Excelente post.
Buen día!!
¡Hola mi cielo!
EliminarEs verdad, con lo fácil que es hablar "normal", hay gente que parece que disfruten chillando como verduleros (y perdón al gremio).
Gracias cielo, la verdad, que como ya dije, Mel ha hecho un excelente trabajo.
Besos bellezón
Aunque no tengo hijos, este post me parece sumamente interesante porque es verdad que hay padres que a veces se les va la mano. Hay una total diferencia entre poner disciplina y maltratar constantemente a los muchachos con gritos y a veces hasta con insultos. No hay necesidad de eso. Besos.
ResponderEliminar¡Hola guapa! Yo tampoco tengo hijos y estoy totalmente de acuerdo contigo. No es necesario, para nada, todo lo contrario.
EliminarMuchas gracias por tu visita y tu comentario. Besos cielo
No tengo hijos aun, pero creo que tienes toda la razón, es superimportante razonar con los niños, hacerles entender las cosas, normalmente cuando les gritas les asustas y les haces creer que las cosas se solucionan gritando y chillando al que tiene la culpa, al igual que el tema de la violencia con el "te has dado con la mesa? le pegamos? tontoooo" muchas veces situaciones cotidianas hacen mucho mas daño del que creemos, mis sobrinos cuando estan conmigo nunca me la lian, ni me dicen no...razonas con ellos y lo entienden...sobretodo a partir de ciertas edades, les ayudas a madurar, tengo una vecina que alucino cada vez la que veo, nunca la oyes discutir con los hijos y si se ponen tontos, les habla en un tono normal. Un10, aunque hay que reconocer que hay veces que como persona nos saturamos.... Un post muy interesante.
ResponderEliminarBesitos de caramelo.
¡Hola Marina!
EliminarGenial lo que nos cuentas con tus sobrinos. Yo tampoco soy madre, pero espero que si lo soy en un futuro no me vuelva de esos padres gritones.... y más después de leer las sabias palabras de Mel. Pero obvio, que somos humanos, y tampoco podemos ser perfectos siempre.
Gracias por tu comentario guapa.
Besos
Un post muy interesante, aunque creo que a las madres o padres que pasen el día con sus peques, les costará vida y milagros cumplirlo jejejeje. Muy buenos argumentos! Vengo del tag Activa tu Blog!
ResponderEliminarJajajajaja Bueno momentos de flaqueza supongo que tenemos todos. En ese caso lo único que podemos intentar hacer es que sean los mínimos. Si no nos vale contar hasta 10, lo alargamos a 15...20...
EliminarUn saludo y gracias por la visita
La verdad no creo tener hijos pronto pero estoy totalmente de acuerdo contigo, porque la educación primera la damos en la escuela y en lugar de gritos es mejor utilizar otras técnicas para educar a los niños, mi mamá rara vez nos gritó y creo que eso contribuye a que vivamos en un ambiente más sano mis hermanas y yo. Eso que dices es muy interesante además creo que también en las escuelas tendría que haber un cambio. De hecho... con nuestros amigos también. Porque hay cada caso...
ResponderEliminarBesitos :*
¡Hola guapa!
EliminarMi madre por suerte tampoco ni es ni era de las gritonas, siempre ha procurado razonar con nosotras (somos dos hermanas).
Toda la razón del mundo, los consejos que nos trae Mel pueden ser aplicados en un sinfín de situaciones.
Besos
Estoy de acuerdo al 100% con lo que cuentas, Mel, a pesar de que cueste la misma vida cumplirlo!! Cuando una situación te sobrepasa, y las palabras tranquilas no han surtido su efecto... tiendes a parar esa situación como sea. Así que confieso: soy más bruja que Carolina (que ya es decir, porque tiene la escoba para pasar la ITV desde hace meses y no va...) y se me va todavía el grito de vez en cuando, sobre todo por el hecho de que son adolescentes y las hormonas les dicen que tienen que tener más razón que tú, y entras en una pelota de nieve que cada vez se hace más grande... y cuando das una voz y gritas "¡hasta aquí!", parece que todo vuelve a su cauce. No es solución, ya lo sé, pero es instintivo y difícil de remediar... Tendré que hacer un máster de brujería, a ver si los encanto y no tengo que darles tantas reprimendas! Un beso, brujillas!!!
ResponderEliminar¡Hola tesoro!
EliminarEs totalmente comprensible, como he dicho en otro comentario, somos humanos, con nuestros defectos y virtudes y todos tenemos nuestros momentos, como tú dices de ..¡hasta aquí!
Ya os daré una vueltecita con la escoba.... jajajajajajajaja
Besos cielo