Hace unos meses vimos en el post Superar el duelo, lo complicado que puede llegar a ser para los adultos, y hoy Mel nos aborda el tema desde otra perspectiva, la de los niños.
Creo sinceramente que puede resultar un tema delicado de abordad cuando te encuentras en esta tesitura, porque con un adulto, más o menos, puedes intentar controlar la situación. Pero con un niño creo que puede llegar a ser complicado.
Y ojo, digo más o menos los adultos podemos "controlar la situación", porque la verdad creo que es una situación que a tod@s, por muy adultos que seamos, nos puede llegar a desbordar. Y a una servidora, la primera.
Así pues, no os perdáis el post de Mel, en el que nos va a hablar de cómo afrontar la pérdida de alguien querido con un niño.
"¡Hola, criaturas
hermosas! Como digo siempre… si me estáis leyendo es que estamos a las puertas
del fin de semana. ¡Y espero que lo disfrutéis muchísimo! Porque yo estoy
presintiendo que voy a tener el catarro del siglo. Ya sabéis a lo que me
refiero, he estado toda la semana con mocos, con tos, y con algo de malestar en
el cuerpo, pero sé que lo peor está por llegar. Pero vamos… ¡que aunque esté
rodeada de pañuelos y jarabe para la tos es fin de semana igual!
En fin, en el
post de hoy, os vengo a hablar de algo muy importante: de cómo afrontar la
pérdida de alguien querido con un niño. Es decir, lo que viene siendo el duelo
infantil. Espero de corazón que no tengáis ninguna situación así, pero si
estáis en ella, ansío que la entrada os pueda ser de utilidad.
¿Cómo afrontar la pérdida de alguien querido con un niño?
Habitualmente, en
España, reaccionamos a la muerte de forma impulsiva: hay personas que son
capaces de expresar su dolor, sus sentimientos y otras que les cuesta más.
Perder a alguien querido es algo muy duro y lo es todavía más cuando en la
familia hay niños pequeños.
Lo que tenemos que tener claro es que para hacernos
cargo de la situación, tenemos que saber gestionar nuestras emociones y aceptar
toda ayuda adulta si la necesitamos.
En muchas ocasiones, los adultos creen que
es mejor no decir nada a los niños, llevan a cabo un proceso de ocultar
información y de evitar a toda cosa hablar de la pérdida. Pero lo que es
cierto, y no se dan cuenta, que eso no es lo mejor ni lo más adecuado para los
niños.
Lo correcto sería ir
hablando con el niño de la muerte poco a poco.
Por ejemplo, si ha fallecido el
perro o el animal de compañía de la familia, aprovechar la situación para
expresarle de forma asertiva las reacciones que puede provocar la muerte y el
dolor que se siente. Explicarle de ese modo, que también a las personas pueden
ocurrirles eso, lo que podríamos llamar, un proceso de prevención.
Los niños tienen que tener el derecho a saber
de qué se trata, tienen derecho a que los adultos les ayuden a comprender lo
que ha pasado, sus sentimientos y emociones y sobre todo a poder hablar de ello
con naturalidad y sensibilidad. Esto hará, que los pequeños afronten una
pérdida con otra perspectiva, conociendo ya más o menos lo que puede significar
y lo que pueden sentir.
Como ya sabemos, la
sobreprotección no es buena, y en estos casos tampoco.
Como decíamos antes,
ocultar información a los niños no es algo bueno, más que nada porque son muy
sensibles a los cambios y a las emociones de los demás. Y enseguida pueden
darse cuenta de que algo está pasando y ellos no saben nada. Por lo tanto, no
es buena idea subestimarlos.
Tampoco está bien que se opte por “ya
encontraremos el momento adecuado”, los niños a partir de una edad concreta,
alrededor de los cinco años, ya son conscientes de muchas cosas y perciben e
intuyen otras tantas. Si se nos presenta una situación de una pérdida y hay
algún niño en la familia que ronda esa edad, lo mejor es decírselo cuando
antes, para que poco a poco y a su manera se vaya adaptando en el proceso del
duelo infantil.
La mejor forma de
explicarle a un niño que un ser querido ha fallecido es con cariño, con
naturalidad, sensibilidad e inteligencia emocional. Dejarle claro que los
adultos, van a estar ahí de forma continua para apoyarlo y que su amor es
incondicional.
Es esencial, hacerles saber que es necesario que expresen sus
emociones a partir de lo que ha pasado. Que hablen sobre cómo se sienten, de su
dolor, de si echan de menos a la persona que se ha ido. En ningún momento se
debe ocultar el malestar y la tristeza, y los adultos no deben enfadarse en
ningún momento porque el niño en un principio no entienda la situación y se
sienta confuso. Destaco que hace falta mucha comprensión en estos casos.
También es muy importante que los niños estén cerca de la familia si quieren estarlo.
Por ejemplo, hay adultos que sin pensarlo deciden llevarlos con otros
familiares o casa de amigos, sin contar con su opinión, con lo que quieren
hacer ellos. Obviamente hablo de niños que ya son capaces de decir lo que les
apetece y lo que no. Otra cosa es que ellos decidan alejarse, que decidan no
estar en el entierro y que prefieran estar con otras personas. Ante todo, hay
que respetar su decisión. Sin embargo, si ellos quieren estar al lado de sus
seres queridos y no se les hace caso, podrían sentirse traicionados y
engañados. Todo eso hay que tenerlo en cuenta.
Por otra parte, hay
que tener mucho cuidado con las palabras que elegimos para contarles a los
niños lo sucedido.
Por último, ¿qué pueden hacer los adultos si se encuentran en esta situación?
Dedicarle
tiempo a los niños: interesarse por saber cómo están, cómo se sienten, sus
emociones, sus sentimientos…
Si
es necesario, recurrir a ayuda profesional: algunas veces, los adultos pese a
sus esfuerzos no son capaces de llevar con normalidad la situación. Por eso, si
se da el caso, es mejor contar con la ayuda de profesionales para que el niño y
la familia puedan adaptarse.
Animarle
a que dibuje, haga deporte y escriba: a veces, estar ocupados nos hacen
aprovechar mejor el momento. Además, pintar y escribir (si son más mayores) es
una buena terapia para expresar sentimientos y conseguir que los niños se
abran.
Estar
dispuestos a escuchar y a contestar preguntas.
Publicado por Mel, redactora de www.nuncajamasyyo.com "
Y yo añadiría, no dejar de hablar de ese ser querido.
Por ejemplo, cuando murió mi abuelo, vale que yo ya estaba crecidita, tenía 11 años, en 10 días cumplía los 12, me cerré en banda. Era la primera vez que sufría la muerte de un familiar muy allegado. Ese tipo de muertes que te dejan rota por dentro y que ni entiendes, ni quieres entender.
Lo que me ayudó fue que mi familia, a pesar de estar tod@s hundidos por el dolor, no crearan un tabú sobre el tema.
Ya con el paso del tiempo, creo que es lo mejor que pudimos hacer todos, porque claro que duele, porqué quizás pensaréis que soy una exagerada, pero a pesar que han pasado 21 años, aún me duele, pero sé que el hecho de haberlo hablado en su día, haberle recordado a cada instante, me ayudó a sobrellevar el dolor.
Ya os lo dije en el otro post, y quizás sea una frase que mí personalmente me ayudó siendo niña y me ayuda hoy en día para sobrellevar ese dolor que te deja un ser amado:
Nadie muere si se le recuerda.
ACTUALIZACIÓN: El Mundo de Mel ya no se encuentra en el blog, ya
que en la actualidad la autora ya no colabora en Mi meta, tu salud.
Me encanta el post porque es un tema super delicado en los niños. La muerte y el sexo son temas tabús para los padres y como bien dice Mel hay que ir poco a poco ir hablándoles de ello para que lo vean como algo natural. No que los abuelos se han ido a la playa para siempre o que los bebes vienen de París...jajaja
ResponderEliminarun beso enorme corazón!
¡Hola cielo! Exacto, debemos tratar esos temas sin tabús, pero con tacto, con ello conseguiremos que el niño asimile antes la noticia y luego no se "flipe" con paranoias raras...
EliminarBesos hermosa
Una entrada muy completa. Un beso
ResponderEliminarSí, Mel lo ha bordado ^_^
EliminarBesos
Muy buen post, yo también creo que hay que hablar de ello con naturalidad con los niños, y explicarles lo mejor que podamos, pero a veces por miedo o dolor no sabemos hacerlo bien. Muy buenos consejos. Besos
ResponderEliminar¡Hola! Claro, creo que lo mejor es explicar la verdad, claro está, adaptándola a la edad del pequeño.
EliminarTienes toda la razón del mundo, el dolor nos nubla muchas veces, y al final se hace lo que buenamente se puede.
Besos
Es un tema muy complicado... la verdad. Pero yo creo que también depende de cada niño. Ante todo, me parece que la mejor opción, es la naturalidad y contestarle a todas las preguntas que tengan. Un saludo!
ResponderEliminar¡Hola!
EliminarY tanto que es delicado... Yo en esa tesitura no se que haría la verdad.
Y estoy contigo, que depende de cada niño. En que edad esté, como sea el personalmente, el apego con ese ser querido, etc.
Besos
A mí es que ya me da rabia comentarle a Mel, porque siempre le digo que estoy de acuerdo... A ver cuándo explica algo en lo que le pueda llevar la contraria! Y su visión sobre este tema la comparto mucho más que otras, porque pienso, igual que vosotras, que hablar con naturalidad, expresar lo que se siente, preguntar lo que no se entiende... el diálogo cura muchas heridad, y una pérdida de esta clase es la herida más dura. Yo será que lo arreglo todo hablando mucho, pero es mi vía de escape, y es la forma en la que asimilo los problemas o las tragedias de cualquier clase, hablando y hablando sobre el tema sin parar. Es más, hasta riendo, porque me gusta hablar de lo bueno que recuerdo y eso me ayuda a mitigar y superar el dolor. Aunque cada persona es un mundo... Un beso enorme para las dos!!
ResponderEliminar¡Hola tesoro! Es verdad, da mucha rabia la chiquilla porque aborda temas muy interesantes y además lo clava.
EliminarYo también soy muy parlanchina (ya lo sabes) e igual pienso que es la mejor manera de poder afrontar las cosas.
Con los niños, aunque admito que es un tema extremadamente delicado, deberíamos actuar igual. Claro está adaptándolo a ellos, porque maquillar las cosas, a largo plazo creo que pueden ser más perjudiciales.
Besos cielo
¡Si es que ya sabía yo que me hago querer! Yo pienso como vosotras (ya lo habéis leído), creo que hacer tardar este tipo de situaciones no es nada bueno y hay que hablarlo con naturalidad y asertividad. Más que nada porque puede pasar lo que comento en el post, que los niños son muy sensibles y se pueden dar cuenta de cualquier cambio en el entorno y sentirse apartado. Por eso mejor hacerlo cuanto antes para que se pueda ir adaptando al proceso del duelo. ¡Un beso, preciosas! Y Fina, a ver si doy con un tema en el que no estemos de acuerdo y así te de menos rabia. ¡Se os quiere un montón, amores! :)
EliminarBuenos días chicas!
ResponderEliminarHe escuchado muchos casos en los que la familia, prefiere no decir nada a los niños hasta que pase unos días, pero claro, hasta que pase unos días, puede pasar lo que tu comentas, el niño nota que algo no va bien, lo dejan en casa de otros familiares o amigos hasta que pasen los días, igual un día le das una disculpa y se la cree pero en algún momento debes explicarle lo ocurrido.
Por otra parte, recuerdo casos en los que si han hablado con los niños y cuando le has preguntado o bien te lo han dicho ellos te dicen "fulanita está en el cielo" y como que lo dicen con carilla de pena, pero al mismo tiempo de resignación y de quizás entender lo que está pasando.
No puedo estar más de acuerdo con la frase tuya Carolina "nadie se muere si se le recuerda".
De pequeña solo recuerdo el falleciiento de una tía de mi padre, pero recuerdo que en ningún momento se me ocultó, me llevaron a casa de mi abuela y me explicaron lo ocurrido.... posteriormente con 16 años viví la muerte de mi abuelo que aunque era más grande me costó superarla y con 21 la muerte de mi padre, que ha sido la peor que me ha pasado en mi vida y lo más doloroso que he vivido, es como si me faltara mi mitad. Y a pesar de que casi hace 10 años, siempre lo llevo en mis pensamientos y en mi corazón.
Excelente post Mel. Me ha encantado! .)
Ojalá los padres tomaran conciencia leyendo este magnífico post.
¡Hola cielo!
EliminarEsta frase me la dijo mi madre cuando falleció mi abuelo, y siempre la tengo muy presente.
Desgraciadamente en la vida tenemos que superar este tipo de cosas en diferentes edades, pero no por ello son más fáciles de sobrellevar. No diré que te entiendo, porque la pérdida de un padre no se puede comparar con nada en este mundo, creo yo, pero sí el hecho de perder a alguien que amas, y que cuando parte te quedas vacía por dentro. Es lo que me pasó cuando falleció mi abuela, y aún me pasa. Estaba muy unida a ella, y aún me cuesta imaginarme cosas y no imaginármelas con ella...Pero bueno.. me centro en el post de Mel mejor.
Como he dicho en otros comentarios, creo que el hecho de maquillar la verdad a la larga puede ser peor. Claro que contando la verdad les va a doler, pero considero que es mejor que asuman la pérdida poco a poco y que entiendan lo que pasa, a que se monten historias en la cabeza, que al final les perturbará más.
Besos guapa y muchas gracias por tus palabras
¡Hola, mi niña guapa! Me ha gustado mucho tu comentario. Tengo que decir que las palabras que utilicemos cuando se de una situación parecida, depende de la edad. Por ejemplo, esa frase que tú has dicho "funalito está en el cielo", a un niño de diez años se la puedes decir sin que pasa nada, porque ya ha entendido (si se lo han querido explicar así), que en el cielo, van las personas que fallecen. Pero un niño pequeño, por ejemplo, de cuatro años, eso no lo va a entender muy bien y puede que haga alguna cosa y que vaya a buscar eso que los adultos han llamado cielo. Por eso te digo lo de la edad. Gracias por comentar, preciosa. :)
EliminarHola!
ResponderEliminarEn este año mi padre falleció y mis hijas quienes apreciaban mucho a su abuelo tomaron de una manera muy madura la perdida, digo madura porque no fue un dolor grande, a veces hablamos al respecto, me preguntas cosas sobre él pero aun así saben que el descansa en paz, y creo que el hecho de no haberlo visto en sus últimos momento fue mejor pues al ver lo deteriorado que estaba creo que eso hubiera sido un impacto no a favor y podrían sentir mas dolor.