Desde hace cientos de años el aceite de almendras es usado tanto para la salud como para tratamientos de estética, gracias a su buenísima composición: grasas monoinsaturadas, ácido oleico y ácidos linoleicos (Omega 3 y 6), vitamina E, proteínas, y además contiene antioxidantes y minerales esenciales, muy beneficiosos todos ellos para nuestra salud y bienestar.
Aunque el que más se usa es el dulce, también podemos encontrarle como amargo aunque su uso no se recomienda puesto que, a pesar de poseer algunas propiedades medicinales y puede ser segura su aplicación externa, existe un alto riesgo de envenamiento, ya que posee un glucósido llamado amigdalina, que se convierte en ácido cianhídrico, y presenta una alta toxicidad al ser procesado.
Así que si os parece, mejor nos vamos a centrar en el aceite de almendras dulces.